En la comedia romántica Notting Hill, Julia Roberts pronuncia un breve monólogo en su papel de una actriz conocida por sus películas comerciales, que empieza en tono humorístico y da un giro hacia lo trágico muy rápido mientras enumera los sinsabores de la fama y confiesa su mayor temor: convertirse eventualmente en una mujer de mediana edad «que se parece un poco a alguien que fue famosa durante un tiempo».
La salud mental de Britney Spears es cuestionada por los videos que comparte
Curiosamente, Britney Spears elegió unas palabras muy parecidas para definirse a sí misma en su última publicación de Instagram, aunque ella les ha dado un significado positivo.
El mensaje está escrito en su estilo habitual, con muchos signos de exclamación y puntos suspensivos, pero esta vez plantea una reflexión muy interesante acerca de las nuevas formas que ha adoptado el bullying a día de hoy. Y además, es lo más cerca que ha estado Britney de explicar por qué se comporta como lo hace en Instagram.
La princesa del pop es criticada y ridiculizada por el contenido que ha venido compartido desde que se libró de su tutela legal hace dos años.
A diferencia de otras celebridades, que cuidan la imagen que proyectan en las redes sociales tanto como su aspecto en la alfombra roja, Britney se presenta a menudo ante sus seguidores despeinada, con el rímel corrido y bailando como si nadie la estuviera viendo.
En dos ocasiones, con cuchillos en las manos, que luego tuvo que aclarar que eran de plástico. Muchos han querido usar ese tipo de contenido para cuestionar su estabilidad emocional, pero también hay quien considera que existe toda una estrategia detrás de cada fotografía y cada video.
Hace unas horas Britney publicó otro largo texto en el que utiliza una anécdota en principio sin importancia para permitir que sus seguidores sepan por primera vez lo que se le pasa por la cabeza cuando elige qué sube a la red social.
En noviembre pasado, Britney impartió una clase de danza y se percató de que una alumna estaba haciéndolo bullying a otra con un comentario que parecía de apoyo, pero que en realidad estaba pensado para minar su autoestima.
Ella decidió grabar el siguiente ensayo completo de la coreografía y mostrárselo a la niña en cuestión para consolarla.
«Me acerqué específicamente a la pequeña que había sido minimizada por las otras chicas y me aseguré de que todas vieran lo impresionante que era. Me hizo muy feliz ver cómo mejoraba su confianza en sí misma y luego pensé en ello».
Es evidente, y sino ya lo aclara ella misma, que la artista se veía muy reflejada en aquella niña. Britney se hizo famosa antes de entrar en la adolescencia de la mano de Disney, y como estrella juvenil, se acostumbró a recibir consejos con una sonrisa, sin importar que a menudo la menospreciaran abiertamente. Y esa costumbre de permitir que la ningunearan la acompañó hasta la vida adulta.
Según reveló en su última publicación, hace poco se sorprendió a sí misma escuchando a una persona a la que ni siquiera conoce demasiado bien hablar mal de ella.
Ahí es donde entra en juego Instagram, que se ha convertido en una especie de arma para defenderse de todos los que extrañan a la Britney de los 2000 y creen que debería volver a vestirse, peinarse y comportarse como antes, sin importarles que a ella no le haya dado ninguna pena dejar atrás a aquella dulce joven rubia a la que adoraba todo el mundo. Es decir, a la princesa del pop.
«Sé que soy una chica que solía ser famosa y sé que cometo errores. Sigo utilizando Instagram por protección, sinceramente, y me gusta llevar vestidos bonitos y arreglarme el pelo. No estoy segura de por qué estoy dando explicaciones… Supongo que me gustaría haber sido mala en aquel momento, mientras esa persona me estaba dando sus ‘consejos’, y ponerle mi Instagram en la cara para hacer que se sintiera incómoda. ¡Aquí tienes seis vídeos! Elige tu favorito», afirmó Britney.
Fuente: Quién