Manipulación y violencia electoral, un deja vu en Puebla

La política mexicana enfrenta nuevamente acusaciones de desestabilización y violencia en el contexto electoral, esta vez en el estado de Puebla. Integrantes del PRI y PAN han sido señalados por generar violencia y realizar montajes con «mapacheras», una táctica utilizada anteriormente en el Estado de México (Edomex) durante las elecciones en las que Delfina Gómez, candidata de Morena, se alzó con la victoria.

En Edomex, Delfina Gómez enfrentó una feroz contienda contra la alianza PRI-PAN-PRD, la cual no estuvo exenta de polémicas y acusaciones de irregularidades electorales. A pesar de los intentos de desestabilización, Gómez se convirtió en la primera mujer gobernadora de Edomex, un logro significativo para Morena y la administración de Andrés Manuel López Obrador​.

Ahora, en Puebla, la historia parece repetirse. Los rumores sobre montajes y violencia electoral resurgen, acusando a los «vestigios del PRI» de intentar influir negativamente en el proceso electoral. Esta situación se agrava con la aparente pasividad del PAN, que se limita a proteger sus bastiones tradicionales sin una intervención directa en el conflicto.

El contexto político en Puebla se complica con los recientes movimientos de los candidatos. Eduardo «Lalo» Rivera, del PAN, decidió cerrar su campaña en San Andrés Cholula, una señal de que la contienda en Puebla capital podría estar perdida frente al candidato de Morena, Pepe Chedraui. Este cambio de estrategia refleja las tensiones y desafíos que enfrentan los partidos tradicionales en un entorno cada vez más polarizado.​

Las tácticas de violencia y desestabilización no son nuevas en la política mexicana, y los paralelismos entre Edomex y Puebla son preocupantes. Mientras tanto, Delfina Gómez sigue siendo un ejemplo de resistencia contra estas prácticas, enfocándose en políticas que buscan frenar la violencia y apoyar a sectores vulnerables, como lo ha hecho en su administración en Edomex..

La situación en Puebla se mantiene tensa y la vigilancia ciudadana será crucial para asegurar que el proceso electoral transcurra con transparencia y justicia.

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